El hormigonado durante baja temperaturas es siempre un desafío, y con condiciones árticas, es aún más difícil.
Con precauciones y técnicas especiales, podemos utilizar hormigón con temperaturas de 40 grados bajo 0 sin dificultad. Las técnicas son básicamente de tener un abrigo con calefacción y hacer una curación eléctrica todo conjunto con una formulación especifica de concreto.